Mons. Galo Fernández presidió la Misa en la catedral de Talca al mediodía del pasado sábado 26 de abril, día en que se efectuaron en Roma los funerales del Santo Padre.
Sacerdotes, diáconos, ministros enviados y numerosos laicos se dieron cita en esta celebración eucarística. En su homilía el Obispo de Talca manifestó que se celebraba esta eucaristía con cariño y gratitud por la vida y ministerio del Papa Francisco.
“La elección del nombre del pobre de Asís, cuando inició su pontificado, manifiesta claramente como un programa de su modo de ser Papa. Lo primero, la pobreza, vivir en lo sencillo, apartarse del boato y de todo ese ropaje que tiende a cubrir la figura del vicario de Cristo. Gestos decidores, sus zapatos que usaba, cuando iba de viaje él quería llevar en su mano el maletín. En sus traslados pedía un auto común y corriente. Con ello desafiaba a la Iglesia a elegir el mismo camino, apartarse de las seguridades mundanas”.
Para Francisco lo importante no era la preservación de la Iglesia, sino el anuncio del evangelio: “Pero hay que agregar que la pobreza de Francisco no es solo carecer de medios materiales, sino de cercanía con los últimos. Y este es el segundo rasgo que a mí me parece determinante en el pontificado del Papa: la misericordia. Decía, ya no hay explotados sino descartados (…) le movía profundamente acercarse a las periferias. Las periferias se volvieron centrales en su vida, en su palabra, en sus gestos, en su ministerio”.
En tercer término, nuestro pastor diocesano señaló que el Papa Francisco hizo propia la alegría y la libertad, “la pobreza lleva a eso, a vivir despojado, sin tener que proteger lo que se tenía, pero sí disfrutando de todo lo que Dios nos regala. No hay transmisión del evangelio sin alegría. Laudato si’, alabado sea mi Señor por esta hermana, la madre tierra, la casa común tan hermosa y variada, pero que se ha vuelto estrecha para un mundo tan amplio. Reclama nuestro cuidado”.
De los rasgos del pobre de Asís, el Papa Francisco asumió fuertemente la fraternidad: “La convicción de que tenemos que generar relaciones más horizontales, de hermano a hermano, sin superioridades y en todos los espacios, en la Iglesia y en el mundo. Por eso procuró una Iglesia pueblo de Dios, más sinodal”.
“Damos gracias por la figura del Papa Francisco, por todo lo que ha regalado, expresamos también la inmensa confianza en que Dios sigue cuidando su barca, la Iglesia”, concluyó el padre Galo.
Tras la comunión el obispo hizo un sentido responso por el Sumo Pontífice y la celebración finalizó con la bendición a todos los que llegaron a despedir al Papa Francisco.