El sábado 07 de junio decenas de jóvenes de parroquias y colegios de Talca Ciudad, se dieron cita en el templo catedral para celebrar juntos la fiesta de Pentecostés, en una misa presidida por el obispo Galo Fernández.
La eucaristía inició a las 17:30 horas y una vez realizadas las lecturas del día, nuestro pastor diocesano expresó en su homilía la alegría de ver la catedral colmada de jóvenes: “Pentecostés tiene un rasgo eminentemente de juventud. Para la primera comunidad, Pentecostés fue un acontecimiento que nos transformó, hubo un antes y un después. Estaban medio paralizados, temerosos, tenían conciencia de todo lo que Jesús les había propuesto, pero no tenían el coraje, no tenían el fuego que los impulsara a aquello. Pero cuando llegó el Espíritu cambiaron. Son otros, los mismos que fueron temerosos, cobardes, los mismos que se encerraron, los que no creyeron, se transforman, se vuelven creativos, valientes, son capaces de entregar la vida en muchos lados”.
“Desde entonces la Iglesia mira el acontecimiento de Pentecostés como el fuego del Espíritu que la renueva, que le entrega eso, coraje, creatividad, audacia misionera. En una palabra, la Iglesia ve en Pentecostés el acontecimiento que la rejuvenece, que le entrega ese vigor nuevo que es juventud”, agregó el obispo.
De igual forma, monseñor Fernández invitó a los jóvenes a no encerrarse en una burbuja porque la juventud se vive con la audacia de abrir el corazón al mundo en el que estamos: “La rebeldía es propia del corazón juvenil y bendito sea y cuanto la necesita nuestro mundo. Pero que sea rebeldía con el fuego de Dios, que sea rebeldía no para contrarrestar el mal con violencia y con más mal, sino el fuego de Dios para poner paz allí donde impera la violencia, consuelo allí donde hay dolor, justicia donde impera el atropello. En fin, para poner luz donde hay oscuridad”.
Por último, aseveró que Dios quiere que cada uno de nosotros sea un ser único, original, que reconozcamos nuestros dones para servir y ayudar, soñando que sean una generación capaz de hacer las cosas mejor, abiertos a escuchar las palabras del Evangelio.
Ya para el momento del ofertorio, 7 jóvenes llevaron una vela roja simbolizando los 7 dones del Espíritu Santo, y también se presentó la bandera de la Vicaría de Pastoral Juvenil de la Diócesis de Talca.
Luego de la comunión, el padre Rodrigo Molina, Vicario de Pastoral Juvenil, dirigió unas palabras a los presentes, expresando que “hace pocos días el Papa León XIV le decía a todos los jóvenes que no tuvieran miedo. Y creo que esas palabras también son para nosotros, para los jóvenes de la Diócesis de Talca. Que no tengamos miedo en hablar de Jesús. No tengamos miedo queridos amigos, en anunciar quién es Jesús (…) hablar y anunciar quién es Jesús, que en todo lo que hagamos durante este año y el próximo y los años venideros, todo sea hablar de Jesús”. Seguidamente, Manuel Oyarce, coordinador diocesano de la VPJ también saludó a los jóvenes, invitándolos a encender sus llamas y llevarla a todos lados.
La celebración eucarística concluyó con la bendición por parte de nuestro obispo, para que los jóvenes fueran a realizar sus vigilias en sus comunidades.